Un año ha pasado desde que escribí lo que hoy te quiero compartir.
Un año, la oportunidad de conocer países, lugares y personas increíbles; mi cumpleaños número treinta y experiencias que me han devuelto a mi centro para preguntarme:
¿Qué he aprendido este tiempo?
He aprendido que nunca dejo de aprender.
Que en lo sencillo y ligero siempre vuelvo a encontrar mi paz y recargo energía.
Que está bien extrañar.
Que extrañar significa que algo importante sucedió y se transformó.
Que el gusto por algo no siempre se mantiene al mismo nivel.
Que siempre nos podemos dar un descanso de algo que nos gusta.
Que está bien volver a ello cuando tenemos ganas.
Que no siempre hay ganas.
Que quedarse sin hacer nada a veces es necesario.
Que decir y hacer lo que se siente crea más puentes y conexiones que no hacerlo.
Que planear a veces no sirve de nada pero imaginar la ruta nos lleva un paso más adelante.
Que está bien soñar.
Que hay sueños que nunca antes soñamos y se cumplen.
Que está bien ser un extraño.
Que a veces un extraño se puede volver tu amigo.
Que no importa la distancia y el tiempo, hay personas y momentos que siempre se llevan en el corazón a todas partes.
Que ser amable beneficia a todos.
Que está bien perder la paciencia.
Que a veces un abrazo es todo lo que necesitamos.
Que está bien reconocer que no somos perfectos.
Que siempre se puede pedir ayuda o ayudar a alguien.
Que todos seguimos aprendiendo.
Te abrazo
~ Gabriela Dorantes