Cuando tenía alrededor de siete u ocho años, mi mamá decidió inscribirme a clases de inglés para impulsarme a aprender un nuevo idioma. Sin embargo, debo confesar que aunque me esforcé en comprenderlo, mi inseguridad y timidez a esa edad no me permitieron conectar con su aprendizaje ni disfrutar de las clases, por lo que terminé abandonándolas.
No fue sino hasta la universidad que retomé su estudio debido a que para graduarme de la carrera en Comunicación requería validar que dominaba un nivel aceptable del mismo. Por este motivo, tomé los cursos de inglés que la universidad ofrecía y al completarlos me descubrí con ganas de seguir aprendiendo, así que me di a la tarea de buscar opciones por mi cuenta y decidí inscribirme a nuevas clases.
Para mi sorpresa, a diferencia de la vez que intenté aprender de pequeña, en esta ocasión me sentí mucho más dispuesta a participar, equivocarme y volver a intentar, pues la emoción de estar dominando poco a poco un nuevo idioma me motivaba a seguir estudiándolo, aún sin imaginar que este conocimiento me sería de mucha utilidad en el futuro.
Poniendo en práctica lo aprendido
Años después, cuando recién me había mudado a otro estado de México e iniciaba la búsqueda de un nuevo empleo, me ofrecieron un puesto en el área de atención a visitantes en uno de los parques más famosos de la Riviera Maya donde se reciben miles de turistas nacionales y extranjeros al día, así que esta fue la oportunidad perfecta para poner en práctica lo que había aprendido, pues la mayor parte del tiempo tenía que brindar información sobre las atracciones y servicios del parque en inglés.
Más tarde tuve oportunidad de trabajar en un hotel como concierge en la misma zona turística y seguir practicando el idioma con huéspedes que llegaban de distintas partes del mundo, lo que me permitió seguir ganando confianza para expresarme e ir puliendo mis habilidades comunicativas. Sin embargo, al seguir viviendo dentro de mi país de origen, la mayor parte del tiempo podía comunicarme en mi lengua materna, el español. No obstante, esto vino a cambiar cuando decidí que quería trabajar a bordo de un crucero.
Muchas culturas, un idioma en común
Aún cuando al momento de embarcarme ya tenía varios años practicando inglés en el área laboral, sabía que la situación esta vez sería completamente diferente pues, al tener que vivir a bordo de un barco 24/7 por cuatro meses seguidos, la comunicación diaria con huéspedes y compañeros de trabajo tendría que ser enteramente en un idioma diferente al mío.
Esto, a pesar de ser retador y darme algo de nervios al principio, se convirtió en la mejor manera de integrar el idioma tanto en mi vida profesional como cotidiana y así pude conectar con personas provenientes de diferentes culturas, con distintos acentos y lenguas maternas.
Un reto más
A pesar de que uno pensaría que después de esta experiencia ya podía sentirme más segura ante cualquier situación que requiriera el uso del inglés, cuando decidí iniciar mi relación con mi actual pareja y esposo, me causaba un poco de miedo el hecho de tener que usar también este idioma para comunicar mis emociones y sentimientos más profundos. Esto debido a que pensaba que si en español a veces me seguía costando comunicarme de manera asertiva, en inglés (una lengua que no es la materna de ninguno de los dos) podrían surgir infinidad de malentendidos.
Afortunadamente, el miedo no me detuvo para darme la oportunidad de empezar una nueva historia al lado del hombre con el que hoy comparto camino de vida. Y, para ser honesta, la comunicación ha resultado mejor de lo que hubiera podido imaginar. Aún con los errores de pronunciación y orden gramatical que en ocasiones sigo cometiendo y nos parten de risa.
Momento de integrar un nuevo aprendizaje
Debido a que en este nuevo capítulo de nuestra historia hemos decidido vivir en Austria (el país de origen de mi pareja donde el alemán es la lengua oficial), el momento de aprender un nuevo idioma ha llegado. Y ha sido gracias a la magia del internet que antes de iniciar con mis clases presenciales tuve oportunidad de tomar clases online con Laura Rue (@laprofepoliglota), quien con su disposición y creatividad me ayudó a irme familiarizando con temas de vocabulario y pronunciación para ir ganando confianza en mi proceso de aprendizaje.
Así, aunque aún falta un buen camino por recorrer, me emociona estar integrando poco a poco un idioma con el que tengo contacto diariamente y que puede traer oportunidades en el futuro que me sorprendan.
Gracias por leerme y llegar hasta aquí 💌
Me encantaría saber si además de tu lengua materna también has aprendido un nuevo idioma.
Nos leemos pronto.
Until soon.
Bis bald.
~ Gabriela Dorantes.
Totalmente identificada contigo! Yo también pasé por el mismo primer reto con el inglés y después llegó el reto mayor de aprender alemán😅 aprender idiomas idiomas no solo ha expandido mis horizontes sino también me ha ayudado a romper bloqueos mentales y ser compasiva conmigo durante el proceso! Viel Glück mit Deutsch Gabi und Liebe Grüße 🍀
Tu experiencia es motivadora, gracias 🤍