Yo, que siempre me consideré una niña de mar,
he cruzado el océano para venir a la montaña
a escuchar lo que tiene para contar.
He llegado y reconocido de inmediato su grandeza,
aceptándola como maestra de mi propia naturaleza.
Su aire fresco me ha renovado.
Su sabiduría, guiado.
Su abundancia, inspirado.
Y a ser estable, enseñado.
Y aunque para recorrerla de cerca me pide que a mi propio ritmo me esfuerce,
cada paso dado en su suelo fértil me fortalece.
Así, desde mi guarida también puedo escuchar su canción.
Esa que me llama e invita a continuar extendiendo las alas
siguiendo la ruta que indica mi corazón.
~ Gabriela Dorantes
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hermosas montañas🤍🤍 maestras
💖 Amo
Pienso que nacemos con un hábitat elegido por nuestra naturaleza, por nuestra esencia. Conforme nos vamos transformando, ella misma nos va llamando y orquestando a su propio ritmo. Nos va indicando hacia donde nadar, hacia donde caminar, hacia donde volar, hacia donde echar raíces para abrazarnos con su magia y su inmensidad. Con el único propósito que nos une: crear.