La magia de compartir lo que creamos
Si miro en retrospectiva las experiencias vividas en los seis años que tengo de trabajar en el área de servicio al cliente, debo confesar que las más desafiantes han sido aquellas donde mi paciencia y empatía se han puesto a prueba. Sin embargo, estar abierta a recibir cada una de ellas como aprendizaje, también me ha regalado momentos de conocer historias y acciones llenas de conciencia y belleza.
Una de ellas, es la de un apasionado fotógrafo que un día me compartió que, si algo le alegraba más que capturar la magia de la naturaleza con su lente, era poder obsequiar sus fotografías cada vez que tenía la oportunidad. Como cuando después de una operación médica mandó a imprimir y enmarcar unos colibríes que había fotografiado en el jardín de su casa para regalárselos a las enfermeras que habían cuidado de él durante este proceso.
Ver la emoción de esta persona al contarme su historia y mostrarme sus fotografías, me llevo a preguntarme:
¿Cómo podemos ofrecer nuestros regalos?
¿Cómo podemos compartir más aquello de lo que nos apasiona?
Creo que hay algo hermoso en crear algo que nos expande genuinamente el corazón y luego ponerlo al servicio de los demás.
Con un acto tan humilde, valiente y a la vez poderoso como ofrecer nuestra creación al mundo, sembramos una semilla de amor para nosotros mismos y quienes nos rodean.
Así que la invitación que hoy quiero hacerte es la siguiente:
Comparte lo que te nutre y emociona.
Crea rutas para reencontrarte contigo.
Vive conforme a tus propios ideales y no tengas miedo de hacerlo a tu manera.
Encuentra inspiración en los demás e inspira con el ejemplo.
Escucha y has escuchar tu voz.
Párate firme en tu confianza y convierte los miedos en fortaleza.
Sueña, aprende y celebra cada paso recorrido.
Y si quieres que haya magia en tu vida…
Créala.
Créala a base de experiencias.
Créala con amor.
Créala y luego compártela.
Que la abundancia es parte de ti y la magia nunca se acaba para quienes deciden creer en ella.
~ Gabriela Dorantes.