Inicié mis dos meses de vacaciones con una parada de dos semanas en Austria sabiendo que lo que más se me antojaba para recargar energía después de cuatro meses de trabajo, era disfrutar de la lentitud.
Esa que no te obliga a ir corriendo detrás de un plan o itinerario que cumplir y que te permite apreciar el simple hecho de estar donde estás.
Así fue como la idea de jugar con un rompecabezas después de años de no armar uno, se me hizo la oportunidad perfecta para estar en calma y conectar con mi propio ritmo.
Fue justo intentando armar el primero de ellos que vinieron a mi mente los aprendizajes que un simple juego podía darme para aplicarlos en mi día a día.
Aquí te los comparto esperando que también te ayuden:
Para completar algo, la mejor manera de hacerlo es pieza por pieza o un paso a la vez.
Es justo de esta forma que se pueden apreciar los pequeños detalles y logros en el camino a concluir una actividad o proyecto.
Hacerlo a tu propio ritmo es perfecto.
A veces se puede progresar de forma rápida y en otras ocasiones es necesario hacer algunas pausas para corregir el curso de lo que queremos crear o alcanzar. En cualquiera de los casos, hacerlo a nuestra manera y respetando nuestros tiempos es lo más importante.
Tomarse descansos para tener una perspectiva fresca es necesario.
Regalarnos tiempo de no hacer nada o alejarnos un poco de lo que estamos haciendo para volver recargados es igual de nutritivo.
Es válido pedir ayuda.
El apoyo de alguien más nos puede dar la motivación necesaria para completar nuestra tarea, así como aportar una visión más amplia que nos ayude a ver la imagen completa.
Todas las piezas tienen su propio lugar y propósito.
No hace falta forzar ninguna pieza para que encaje. Cada una de ellas pertenece a su modo.
Disfrutar el proceso es lo más valioso.
La recompensa no está del todo en el resultado, si no en lo aprendido, compartido y disfrutado.
Me gustaría leerte en los comentarios.
El punto 1 y el punto 3, mis favoritos. Tu post me ha recordado a uno que escribí hace poco sobre lo que aprendí en una caótica noche de tormenta en Buenos Aires... Es maravilloso como todo eso que parece cotidiano cobra un sentido tan profundo al mirarlo con detenimiento 😊