Marzo ha llegado con aires de cambio, lo puedo sentir.
Hay un llamado sutil pero firme que me susurra que es hora de moverse, desprenderse de lo que ya no resuena y soltar la ilusión de control durante el proceso.
Rendirse al cambio y a no saber.
Parte de mi ser se empeña en controlar cuando el alma pide a gritos ceder.
Ceder a la incertidumbre y la magia de lo desconocido.
Enfrentarse con intuición y valor a ese camino que aunque no puedo ver, se encuentra encendido.
Ríndete niña, me susurra el corazón.
Ríndete y déjate guiar en el proceso de no tener la razón.
Haz espacio para que el Universo te asombre.
Ármate de coraje y recorre el sendero que lleva tu nombre.
~ Gabriela Dorantes