Hace poco descubrí que, en algunas partes del mundo, hoy se celebra el Día de las Escritoras como una forma de recuperar la palabra de mujeres que plasman y comparten de forma valiente su sabiduría, voz, experiencias y sentimientos. Y esto me ha hecho reflexionar acerca de cómo la escritura se ha vuelto también para mí una herramienta de expresión y autoconocimiento.
Creo que esta frase lo resume perfectamente.
Amor por la lectura
Recuerdo que cuando tenía alrededor de cuatro años, ver a mi papá leyendo muy concentrado su periódico todos los días, despertó en mi la curiosidad por entender las palabras que estaban escritas en el papel. Así que un día, sin saber exactamente cómo lo lograría, decidí emocionada que yo también quería ser capaz de leerlas.
Al ver mi insistencia y entusiasmo en esta tarea, mi mamá tuvo la idea de crearme unas tarjetas con todas las combinaciones de vocales y consonantes para que pudiera aprenderme primero los sonidos de las sílabas y, más adelante, empezara a armar palabras con ellas.
Hasta la fecha no sé de dónde tuvo esa idea mi madre, pero sigo creyendo que ha sido de lo más brillante pues me bastaron unas vacaciones de verano para empezar a leer por mi cuenta.
Y a partir de ahí, mi amor por la lectura comenzó a cobrar vida.
Aunque debo reconocer que desde entonces los libros han sido mi fuente de entretenimiento, inspiración y conocimiento, fue hasta apenas hace tres años que la lectura se volvió un hábito mucho más consciente que me ha permitido conectar no solo con las palabras de los autores que elijo leer, sino cada vez más conmigo misma.
♡ En mi Bookstagram Leer donde Sea puedes encontrar más información de los libros que me gustan, interesan y acompañan.
Espacio para la escritura
Algo parecido a mi proceso de hacer consciente la lectura, también me ocurrió con la escritura. Pues, aunque desde niña me recuerdo siempre con libretas y lápices anotando cualquier idea que tenía en la cabeza, mi práctica de escritura se volvió constante apenas el año pasado cuando una de mis amigas me regaló una libreta hecha a mano para que me acompañara en mi primera experiencia laboral al otro lado del mundo.
Al principio la idea era solo escribir para mí, como una forma de registrar y acompañar mi proceso, sin presiones ni pretensiones de publicar algo. Pero después de un año, releyendo lo que había escrito, me encontré entusiasmada queriendo compartir algunos de mis textos por si alguien resonaba con ellos.
Debido a mi amor por los libros, ya en otra ocasión había pasado por mi mente la idea de escribir uno. Sin embargo, el solo hecho de elegir el tema que quería explorar me abrumó y terminé abandonando el proyecto en la primera página.
Así que está vez he decido hacerlo a mi manera y propio ritmo. Una pieza a la vez.
Por eso este proyecto de newsletter que hoy comparto no tiene un calendario o agenda específica y cada día intento recordar(me) que:
No es necesario escribir por obligación o por encargo.
No hace falta inspiración o una idea brillante, ni hoja o lapicero elegante.
Basta con que haya ganas de plasmar un pensamiento.
La escritura es tinta y sentimiento en movimiento.
~ Gabriela Dorantes
Me encantaría leerte en los comentarios ♡
Lecturas recomendadas
«A las lectoras que escriben, gracias por leer juntas»
Este libro te invita a un viaje para conocer a las escritoras que ocuparon un lugar fundamental para que las integrantes de Librosb4tipos se acercaran al maravilloso hábito de la lectura.
Bird by Bird "algunas instrucciones sobre la escritura y la vida" es un libro que aborda desde la experiencia personal de su autora, los momentos clave al escribir en capítulos como: "Primeros pasos", "Breves tareas", "Primeros borradores de mierda", "Personaje", "Trama", "Diálogo", "Falsos comienzos" y "¿Cómo sabes cuándo has terminado?"
Me encanta "Bird by bird"! También te recomiendo, si no lo has leído aún, "Big magic", de Elizabeth Gilbert. Yo también empecé leyendo, leyendo muchísimo. Cuando me aburría en clase sacaba mi pequeña agenda electrónica (esto es antes de los Kindles) y, con la agenda metida entre los libros de texto, leía cualquier cosa. Los profesores se daban cuenta pero lo pasaban por alto. Si no les estaba prestando atención al menos era por una buena razón! 😅