Elegir de manera consciente qué consumir para alimentar nuestro cuerpo, mente, alma y creatividad en un mundo donde abundan las opciones, así como los mensajes y expectativas sobre lo que “deberíamos’’ ser y hacer, a veces es un poco complicado. Y esto a mí me ha dado para reflexionar respecto a dos de las prácticas creativas que más me nutren a distintos niveles y de las que últimamente encuentro muchísimo contenido que, a pesar de ser valioso, no siempre resuena conmigo.
La primera de estas prácticas es la escritura.
Recuerdo que hace un tiempo llegué por curiosidad y recomendación al libro El camino del artista (The Artist’s Way) de Julia Cameron donde la autora comparte, entre varias herramientas para conectar con uno mismo y nuestra creatividad, las llamadas morning pages que consisten en tres páginas escritas a mano a primera hora de la mañana.
En su momento la idea me pareció de lo más interesante y aunque intenté adoptarla como una práctica constante, debo confesar que al poco tiempo la abandoné, pues no era algo que se alineara ni con mis tiempos ni con mis gustos. En lo personal, disfruto más escribir cuando siento que algo que inunda mi corazón y mi mente necesita ser plasmado de cualquier manera y no precisamente cuando impongo un horario específico a este ejercicio para llevarlo a cabo.
Algo similar me sucede con los cursos y talleres de escritura creativa que abundan en internet. Los que más me resuenan son aquellos que invitan desde la experiencia propia y auténtica a conectar con el acto de escribir respetando el ritmo y proceso de cada uno sin intentar imponer o vender la idea de que hay una sola forma de hacerlo.
La segunda práctica es la lectura.
Si bien mi bookstagram surgió con el propósito de compartir lo que leo y me ha servido como inspiración, así como para conectar con gente creativa, la verdad es que la plataforma (como cualquier otra red social) también se presta para caer en la trampa de la comparación. Por ese motivo, en el momento en el que me descubrí comparando mi ritmo de lectura con el de los demás, decidí hacer una pausa y meditar al respecto. Parte de las reflexiones que surgieron las comparto en este episodio del podcast Leer donde Sea:
Actualmente, para elegir un libro que resuene conmigo, yo también me hago estas tres preguntas que comparte Anita Aldana de 30 libros:
¿Qué necesito en este momento?
¿Qué me intriga o qué me apasiona aprender?
¿Qué parte de mi vida necesita ser cultivada?
Después de reflexionar esto durante unos días en los que serle fiel a mi propio ritmo y voz interior ha sido la prioridad, la frase que llegó a mí para aplicarla en cualquier ámbito de mi vida y que hoy quisiera compartirte, es esta:
Elegir lo que resuena como forma de alinear el pensamiento con el sentimiento, tratando de escuchar los deseos del corazón a cada momento.
¿Tú cómo eliges o sabes lo que resuena contigo?
Lectura recomendada ✨
La autenticidad es la práctica diaria de librarnos de lo que creemos que deberíamos ser y abrazar en cambio lo que realmente somos.
~ Brené Brown
Los dones de la imperfección
Algunas veces lo elijo conscientemente, y otras no tanto, pero si algo se mueve o se despierta en mí, con duda o curiosidad, lo exploro. Sin embargo, en los últimos meses he podido identificar las resistencias que me impiden explorar distintas situaciones a las cuales no estoy "habituada" o no resueno tanto.
Gracias a eso he podido explorar nuevos territorios, y al final me he dado cuenta que, en el fondo, eso me acerca a esa voz interna, a la verdadera; incluso más de lo que pudiera pensar. Me ha dado la oportunidad de conocer otras versiones de mi que no sabía que existían o que estaban escondidas.
Preguntas como ¿Por qué quiero o no quiero hacer esto? ¿Esta decisión me aleja o me acerca más a mi? Y suelo escribir lo que se venga ✍️🏻 porque si algo me ha regalado la escritura han sido respuestas, curiosamente orquestadas por mi corazón. 💖
Para mí lo mejor es leer lo que me apetece, los temas que me apasionan me llevan a seguir indagando sobre ellos. Cuando alguien que me inspira menciona un libro que me llama lo pongo en mi lista.
Intuición.
Cuando no lo hacía así dejaba de disfrutar lo que leía.
Intuición de nuevo.
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